Ocho años después, se especializa en decoración y trae a Huelva todas las novedades que se dan a conocer en el mercado, revolucionando las reformas en los hogares onubenses. Llera se consolida como una gran empresa familiar, referente en el sector, en la que Ricardo acaba incorporando al frente de un gran equipo de profesionales a sus hijos Ana María y Abelardo y luego a sus nietos Ana y Luis.